¿Qué nos deparará esta vez la navidad?¿alguien piensa que será diferente esta vez?
NO, sin lugar a dudas. No cesarán de brillar las lucecitas insoportables de las calles comerciales, no acabará su incansable parpadeo, guiño vano de la compra-venta. No dejarán los canales de televisar las campanadas desde la puerta del Sol, ni siquiera se molestarán por variar la tradicional pareja de subnormales de gala. No aparecerán vacíos este año los efímeros cementerios de abetos, ni dejarán de rebosar envoltorios los contenedores al día siguiente de reyes. No se conformarán las mesas con los cubiertos de siempre, ni con las pechugas de pollo torturado a 3€ el kilo de siempre, ni con las patatas fritas transgénicas de bolsa mckein de siempre. No dejará la gente tampoco este año de poner buena cara al oír un vacío e hipócrita "feliz navidad"; aunque por dentro piense que antes de ser feliz debería salir de su mísera vida, acuciadx por facturas e intereses, denigradx por lxs superiores de su empresa, y apalancadx en el sofá por no poder pagar ya más el gimnasio, ni el abono de temporada de su espectáculo de consumo favorito. No, amigxs, este año, pese a que todo indique lo contrario, la navidad será igual de asquerosa que siempre.
¿Qué nos queda ante esta demoledora realidad, ante esta banda sonora en el titanic de la sociedad moderna?
Si no fuera por el Sol, que cada mañana ilumina los resquicios aún vírgenes de este mundo infestado. Si no fuera por la Luna, que atraviesa la gélida bruma nocturna para proyectar las sombras que, desnudas, recorren con paso firme pero sigiloso, unos pocos metros prohibidos para aullar en silencio Libertad.
Si no fuera por ellxs, y por vosostrxs, lobxs habrientxs de cambio, ya estaríamos muertxs.
NO, sin lugar a dudas. No cesarán de brillar las lucecitas insoportables de las calles comerciales, no acabará su incansable parpadeo, guiño vano de la compra-venta. No dejarán los canales de televisar las campanadas desde la puerta del Sol, ni siquiera se molestarán por variar la tradicional pareja de subnormales de gala. No aparecerán vacíos este año los efímeros cementerios de abetos, ni dejarán de rebosar envoltorios los contenedores al día siguiente de reyes. No se conformarán las mesas con los cubiertos de siempre, ni con las pechugas de pollo torturado a 3€ el kilo de siempre, ni con las patatas fritas transgénicas de bolsa mckein de siempre. No dejará la gente tampoco este año de poner buena cara al oír un vacío e hipócrita "feliz navidad"; aunque por dentro piense que antes de ser feliz debería salir de su mísera vida, acuciadx por facturas e intereses, denigradx por lxs superiores de su empresa, y apalancadx en el sofá por no poder pagar ya más el gimnasio, ni el abono de temporada de su espectáculo de consumo favorito. No, amigxs, este año, pese a que todo indique lo contrario, la navidad será igual de asquerosa que siempre.
¿Qué nos queda ante esta demoledora realidad, ante esta banda sonora en el titanic de la sociedad moderna?
Si no fuera por el Sol, que cada mañana ilumina los resquicios aún vírgenes de este mundo infestado. Si no fuera por la Luna, que atraviesa la gélida bruma nocturna para proyectar las sombras que, desnudas, recorren con paso firme pero sigiloso, unos pocos metros prohibidos para aullar en silencio Libertad.
Si no fuera por ellxs, y por vosostrxs, lobxs habrientxs de cambio, ya estaríamos muertxs.
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