jueves, 20 de junio de 2013

Frustración íntima ligada a las desavenencias meteorológicas

 
De nada sirvió la primavera
que toca hoy a su fin,
y tanto que la esperaba…
sólo me dejó vivir.

Los rayos son de tormenta,
de discordia son los roces,
de compasión las voces,
y los cantos, de sirena.

¿A dónde fueron a parar el sol,
la pasión, el ánimo y la verdad?


De qué sirvió la primavera
que hoy llega a su fin,
y yo que la esperaba…
tampoco me dejó morir.