lunes, 20 de mayo de 2013

Cuarentena


Cuarenta gotas caen en el cuarto,
bajo las tejas se filtra el deseo
mientras mi cabeza se va inundando.

Cuarenta vasos el agua recogen
digo que ya no quiero beber más,
aunque de ganas mis sueños se mojen.

Cuarenta maravillas escondidas
en las grietas de un húmedo hórreo,
que con paciencia serás bienvenida.

Cuarenta y mil veces me repito,
mas este sentimiento me ahoga
y por la espiga el orgullo vomito.

Cuarenta días lloviendo de pena
en esta misérrima primavera
¿cómo se deja esto en cuarentena?


martes, 7 de mayo de 2013

Pena y rabia por la muerte de un pequeño ser


Era pequeño, de pelaje gris espeso, nariz afilada, orejas puntiagudas y blanca punta de cola. Era pequeño y su cuerpo sin vida yacía ante mi portada ayer a la mañana. Los rayos de sol desaprovechados hacían más triste, si cabe, la escena, pero su cuerpo acartonado estaba más frío que la piedra que lo soportaba. Era pequeño y algún otro lo había llevado hasta allí, quizás para mostrármelo, quizás sólo para jugar. -Parecía un peluche-, escuche al cabo de levantarlo del suelo.  Maldita forma de empezar la semana.

Era pequeño, no debía tener más de dos semanas, y sin embargo no era de aquí (no ha habido embarazos tras los últimos celos), de manera que sólo queda pensar que algún desalmadx lo ha traído, para después dar media vuelta sin mirar atrás. Quizás sus lloros nocturnos eran insoportables, lo sé, hay quien se vuelve loco cuando se repiten día tras días estos lloros, hay quien es capaz incluso de salir a la ventana con una bocina esperando que el ruido estridente calle de una vez los lloros, lo sé, pero era pequeño. Quizás fue un capricho de niñx mimadx que ya no lo quiso más, quizás meó el sofá de ciertopelo, se cagó en el edredón de Ikea, o mordisqueó las pantuflas de papá, puede ser, pero seguía siendo pequeño.

Jodido bastardo quien lo haya abandonado pensando que en este pueblo tranquilo alguien lo adoptaría; jodido bastardo ignorante, pues no tuvo en cuenta que los peligros que acechan y la teta que falta pudieron con él, pues era pequeño. No sería la primera vez que se acoge algún perro perdido, ¿pero tanto te costaba preguntarlo? De vergüenza al suelo se te caería la cara, bastardo, pues no era más que un pequeño ser.

jueves, 2 de mayo de 2013